martes, 30 de abril de 2013

1. Contexto Histórico.


1.1.          Sucesos en la época.

La sociedad en Europa durante el siglo XIX está marcada por dos circunstancias: la industrialización y la herencia de la Revolución Francesa.  Estos dos factores condicionan el pensamiento político, con la expansión del liberalismo, y la configuración social aumentando así el poder la burguesía y aparecen nuevas organizaciones obreras.

Durante la primera mitad de siglo, ocupando la época marcada por el Romanticismo, es caracterizada por los enfrentamientos entre absolutismo y el liberalismo.
Este movimiento se abre paso en muchos países por las siguientes causas:

  • La burguesía aumenta su poder económico y político e intenta modificar las estructuras sociopolíticas que están dominadas por la nobleza. Al subir la burguesía al poder son difundidas las ideas de libertad, igualdad y fraternidad dadas a conocer durante la Revolución Francesa de 1789. Estos tres principios son la base principal del liberalismo, que se basa en defender las libertades individuales (de pensamiento, expresión y asociación) y la soberanía popular, que viene a ser el poder que reside en el pueblo a través de representantes elegidos por sufragio universal.

  • La política expansiva de Napoleón Bonaparte sume a Europa en la guerra durante los primeros años del siglo XIX provocando así una doble reacción. La primera, la oposición de las monarquías que finalmente acabarán derrotando a los ejércitos de Napoleón en 1815 e intentan imponer los ideales del Antiguo Régimen que son la religión, trono y la patria. Pero por otro lado, favorece una reacción nacionalista ya que los pueblos invadidos reafirman su identidad histórica y cultural en contra su invasor.

  • Frente una sociedad que empieza a industrializarse y presenta muy graves problemas sociales, políticos e ideológicos, aparece el Romanticismo, que expresa la insatisfacción desde un punto de vista de actitudes tradicionalistas o revolucionarias. Rechazan una sociedad materialista y buscan un mundo ideal.

  • El romanticismo tradicional manifiesta el inconformismo de los que quieren volver a los valores religiosos, patrióticos, aristocráticos y tradicionales del Antiguo Régimen. Algunos de los autores más representativos son:  Novalis, Chateaubriand, Scott, José Zorrilla, Ángel de Saavedra y Gustavo Adolfo Bécquer.

  • El romanticismo liberal defiende los principios de igualdad, fraternidad y libertad que consideran traicionados. Exaltan el progreso, el liberalismo, la libertad del individuo y los derechos humanos. Autores reconocidos: Víctor Hugo y Dumas, Lord Byron, José Espronceda y Larra.

La segunda mitad del siglo, es la etapa marcada por los movimientos del Realismo y el Naturalismo, caracterizados por el crecimiento de la industrialización. En esta ocasión, hay distintos elementos que marcan la época.

·         Se inician los movimientos obreros revolucionarios, que adquieren importancia a partir de la Revolución de 1848. En el mismo año aparece El manifiesto de Marx y Engels, donde sintetizan los principios socialistas y encuentran difusión en los sectores obreros e intelectuales.

·         La burguesía consolida su poder y eso deriva a posiciones y gobiernos más conservadores, como el de Luis Bonaparte en Francia (1852-1870).

·         En el terreno ideario se desarrolla el pensamiento positivista, que defiende que el saber se basa en la experiencia y hechos comprobables. Este positivismo provoca el auge de las ciencias, que llegan a adquirir un gran prestigio, como el método experimental de Bernard, el evolucionismo de las especies de Darwin y las leyes sobre la herencia de Mendel.

·         En la estética el arte realista y naturalista se hacen eco de las transformaciones y conflictos sociales, y a menudo defiende ideas políticas.

1.2. Pensamiento romántico.


El pensamiento romántico venía fijado por unas características fijas, entre las que encontramos:

-          Individualismo. El autor romántico se rebelaba contra todo aquello que se oponía a su yo personal, todo aquello que podía limitar sus aspiraciones amorosas, sociales o políticas y por tanto las obras románticas expresaban la intimidad del artista y daban una visión subjetiva de la realidad.

-          Rechazo de la realidad. El mundo real, con todos sus límites, producía en el romántico un sentimiento de frustración contra el que reaccionaba mediante la evasión y la rebeldía. Haciendo uso de la evasión se refugiaban en la imaginación de mundos fantásticos, de países exóticos o de épocas pasadas, mientras que se rebelaban contra el orden establecido y las costumbres, como es presente en muchas obras románticas con la utilización de temas como la rebeldía política, la defensa de los marginados, …

-          Defensa de la libertad. La libertad era la base del pensamiento romántico, ya que la consideraban fundamental en todos los órdenes de la vida: el social, político y artístico. Por ejemplo, en el arte los románticos aspiran a expresar el sentimiento, la pasión o lo irracional sin ataduras ni convenciones.

-          Atracción por la naturaleza. La naturaleza adquiere gran importancia en el arte, y los paisajes se adaptan al estado de ánimo del autor romántico. Era frecuente la representación de paisajes ásperos y desolados, como las ruinas de castillos, las tormentas, la noche, los cementerios, etc. Estos paisajes intensificaban los sentimientos de tristeza, soledad, melancolía, …

-          El nacionalismo.  Los románticos valoran los rasgos peculiares de su país, como la historia, costumbres, tradiciones, la lengua… por encima de todo, y contribuyen con ello al auge de los temas históricos en el desarrollo de ciertos géneros literarios como son la novela histórica, los romances o las leyendas. 

"Los poetas contemporáneos", de Antonio María Esquivel.
En él retrató a numerosos literatos que constituyeron el Romanticismo español.


2. El Teatro Romántico.


2.1.          Características.

El primer precursor del teatro romántico fue William Shakespeare, autor que ya avanzó algunos de sus temas durante el periodo del barroco. Aunque el romanticismo sea un movimiento procedente de Alemania.
-          En el teatro romántico lo que predomina en gran medida es el drama, que tiene por objetivo conmover al espectador.
-          El contexto en el que se sitúan suele ser medieval, aunque estructurado y desfigurado al gusto del autor, iniciando los ambientes fantásticos y góticos.
-          En lo referido a la forma, la libertad del autor prevalece sobre las normas clásicas: mezclan lo trágico con lo cómico, la prosa y el verso, no se respetan las tres unidades… Los autores escriben sin restricciones, utilizan tipos de ambientaciones distintas, dividen la obra en actos y utilizan las medidas métricas que más creen que les convienen.
-          El tema estrella del teatro romántico es el amor que choca contra todas las convenciones sociales y normalmente acabado con un final trágico. La fatalidad, el destino cruel y la venganza son temas que aparecen con frecuencia en las obras teatrales del romanticismo. Otro de los temas es la libertad que enfrenta al héroe romántico con el mundo exterior y en algunos casos la heroína femenina que le seguirá y será leal, también desembocando en final trágico.
-          La escenografía de las obras adquiere gran importancia: aparecen los teatros como lugares físicos donde representar las obras y cambian de manera extrema según la obra que se represente.
-          El lenguaje se vuelve retórico y bastante grandilocuente, mezclando el verso tradicional con la prosa que se añade por primera vez al teatro.
-          Finalmente, acaban dándole más importancia a la acción y al modo que tienen de actuar los personajes que no a la complejidad psicológica de estos, que acaban dejándola a un lado.


Como en otros países, el teatro romántico español reacciona contra el didactismo y las normas del teatro neoclásico.
El primer éxito del drama romántico se produce en 1834 con el estreno de La conjuración de Venecia, de Francisco Martínez de la Rosa, u  otros estrenos como Macias de Larra, pero la total consagración de la estética romántica fue en 1835 con el estreno de Don Álvaro o la fuerza del sino, de Ángel Saavedra. A partir de ese momento son muchas obras románticas que acaban poniéndose en escena. 

2.2. Autores.



2.2.1.   Ángel de Saavedra.

Ángel de Saavedra, más conocido por su título nobiliario de duque de Rivas, nació en Córdoba el 10 de marzo de 1791 y murió en Madrid el 22 de junio de 1865.
Fue un escritor, dramaturgo, poeta, pintor y político español, conocido por su famoso drama romántico Don Álvaro o la fuerza del sino (1835). Fue presidente del estado español en 1854.
Son notables sus poemas narrativos El moro expósito, basado en la leyenda de los siete infantes de Lara, y los Romances históricos de inspiración histórica y legendaria. Pero su obra más representativa es el drama Don Álvaro o la fuerza del sino. Ésta obra trata de Don Álvaro, un joven de origen desconocido, lleno de virtudes, valiente y rico que llega a Sevilla y se enamora de Leonor, hija del soberbio Marqués de Calatrava quien se opone al matrimonio, por lo cual don Álvaro convence a su amada para huir y casarse con él.
Don Álvaro o la fuerza del sino sintetiza las características propias del drama romántico:
-       El tema principal es el destino trágico, el sino fatal,  que persigue al protagonista.
-       Formalmente mezcla lo trágico y lo cómico, la prosa y el verso, no respeta las tres unidades, incluye escenas costumbristas… Su estilo  tiene gran fuerza y dinamismo, aunque también hay excesos retóricos y sentimentales.
La estructura está compuesta de cinco jornadas o actos, divididos en ocho, ocho, nueve, ocho y once escenas, respectivamente, alternando verso y prosa.
Entre otras obras importantes de Saavedra también encontramos  "El sueño del proscrito" (1824).

2.2.2.     Otros autores.

A parte de autores importantes como Saavedra o Zorrilla, del que hablaremos a continuación, también se pueden destacar a tres autores españoles que fueron de alguna manera influyentes en el teatro romántico.

FRANCISCO MARTÍNEZ DE LA ROSA (1787-1862)
Francisco de Paula Martínez de la Rosa Berdejo Gómez y Arroyo, más conocido como Francisco Martínez de la Rosa fue un político y escritor que nació en el seno de una familia acomodada de comerciantes en Granada, donde se licenció en Leyes y se convirtió en catedrático de Filosofía Moral con 21 años.
Tenía unas ideas muy liberales y fue uno de los primeros representantes del teatro romántico español tras el abandono de las formas neoclásicas. Fue diputado en las Cortes de Cádiz hasta que Fernando VII constituyó una sentencia política donde sustituía el veredicto judicial de los diputados por su propia decisión inapelable, y el propio Martínez de la Rosa es enviado a prisión durante ocho años.  Se exilia a París en 1823, donde estrena Abén Humeya en 1830, y  un año después vuelve a España donde es nombrado primer ministro. Como escritor se inscribió en la línea del romanticismo; destacó sobre todo en el terreno dramático (La conjuración de Venecia, 1834), aunque también practicó la poesía y el ensayo (El espíritu del siglo, 1851). Su prestigio intelectual le llevó a formar parte de las Reales Academias Española (que presidió de 1839 a 1862), de la Historia, de Bellas Artes y de Jurisprudencia, así como a ser presidente del Ateneo de Madrid.
Murió en Madrid en 1862.

Entre sus obras teatrales más destacadas encontramos:
-          La conjuración de Venecia (1834), un drama en prosa que transcurre en Venecia a principios del siglo XIV y que reúne numerosos elementos y motivos del nuevo estilo romántico.
-          La viuda de Padilla.
-          Abén-Humeya.





JUAN EUGENIO DE HARTZENBUSCH (1806-1880)

Nació en Madrid en 1806, hijo de un ebanista alemán y una española. Fue un escritor español  que estudió con los jesuitas en el Colegio de San Isidro, donde aprendió latín, francés y humanidades pero al no demostrar vocación religiosa, continuó con el trabajo de su padre. Con lo que ganaba, se abrió paso a una educación superior y se casó muy joven con María Morgue, que murió muy pronto, y volvió a contraer matrimonio con Salvadora Hiriart. Tradujo obras francesas y del Siglo de Oro, y en 1837 se hizo taquígrafo del Diario de Sesiones del Congreso. El 19 de enero de ese mismo año estrenó con gran éxito su drama romántico Los amantes de Teruel, con el que se dio a conocer. Desde esa obra fue reconocido como uno de los mejores autores románticos. Murió gozando de la estima de sus conciudadanos en Madrid en el 1880.
Su obra más famosa, Los amantes de Teruel (1837) es un drama romántico en prosa y verso y se inspira en la falsa leyenda de Teruel, que proviene del Decamerón de Boccaccio, y narra como el caballero pobre Diego Marsilla, enamorado de Isabel de Segura, obtiene de los padres de ella el término de seis años para conseguir fortuna y poder casarse con su hija.


ANTONIO GARCÍA GUTIÉRREZ (1813-1884)

Antonio María de los Dolores García Gutiérrez nació en Chiclana (Cádiz) y murió en Madrid. Fue dramaturgo, zarzuelista, poeta y escritor romántico. Su obra recibe influencia del romanticismo francés y escribió más de cincuenta obras teatrales y zarzuelas. Lo mejor de su obra es su primera creación, El trovador.
García Gutiérrez pertenece ya a otra generación y representa el tránsito del primer Romanticismo exaltado y violento a una posición más moderada y serena. Hay que consignar la influencia del teatro clásico español y del romántico francés en García Gutiérrez.


3. José Zorrilla.


3.1.          Vida.

José Zorrilla nació en Valladolid (1817). Su padre, José Zorrilla, era hombre culto, absolutista y partidario del rey don Carlos; su madre, Nicomedes Moral, mujer piadosa, sufrida y sometida al marido. Tras varios años en Valladolid, Burgos y Sevilla, la familia se estableció en Madrid, donde el padre ejerció con gran entusiasmo al cargo de superintendente de policía y el hijo ingresó en el Seminario de Nobles.
Estudió leyes en las universidades de Toledo y Valladolid (1833-36), con nulo aprovechamiento. Durante unas vacaciones se enamoró de una prima, a la que evoca en "Recuerdo del Arlanza", era éste el primero de una larga lista de amores.

Huyó de la casa paterna (1836), refugiándose en Madrid, donde la fama lo sacó súbitamente (1837) de una vida oscura y llena de privaciones.

Se casó con Florentina O’Reilly (1839), viuda bastante mayor que él y con un hijo. No fue el dinero el motivo de la boda, pues estaba arruinada. Aparte la edad, varias causas influyeron a hacer infeliz el matrimonio: la antipatía del hijo hacia José, las riñas entre mujer y suegra, la desaprobación del padre.
Viajó a Francia (1845), asistiendo en París a algunos cursos de la Facultad de Medicina. Ese mismo año murió su madre, dejándole profunda melancolía.

De regreso en Madrid (1846), recibió varios honores dos año más tarde: se le nombró miembro de la Junta Teatro Español; el Liceo organizó una sesión para exaltarle públicamente; la Real Academia lo incorporó como nuevo miembro. Pero la muerte del padre (1849) le causó un duro golpe.
Huyendo de su mujer, se estableció en París (1851) y Londres (1853), a donde le acompañaron los inseparables apuros económicos. En París conoció a Leila, la cual le ayudó a salir adelante y el amó apasionadamente.

Embarcó, por fin, rumbo a México (1854-66). Llevó en aquel país una vida de aislamiento y pobreza. Cuando Maximiliano ocupó el poder (1864), Zorrilla se convirtió en poeta áulico y fue nombrado director del Teatro Nacional.

Muerta su esposa, regresó a España (1866). El fusilamiento de Maximiliano, abandonado a su triste suerte por el Papa y Napoleón III, le produjo una profunda crisis religiosa.
Se hizo famoso dando recitales públicos y obtuvo numerosos honores entre los que sobresalen su nombramiento de cronista de Valladolid (1884) y su coronación como poeta nacional en Granada (1889).
Murió en Madrid (1893), tras una intervención quirúrgica para extraerle un tumor cerebral. Su entierro fue un gran homenaje de admiración.


3.2. Obras.


La obra más conocida de Zorrilla es su drama Don Juan Tenorio, una adaptación romántica del tema introducido por Tirso Molina dos siglos antes en El burlador de Sevilla. Mientras que el drama del Siglo de Oro exalta la condenación de don Juan como manifestación de la justicia divina, la obra de Zorrilla presenta a un Don Juan pecador que encuentra la salvación eterna mediante la intervención de la mujer a quien adora. A pesar de las múltiples transgresiones del héroe, el desenlace es sumamente ortodoxo. El que había abandonado la religión no se encuentra abandonado por Dios, sino conducido directamente al cielo.
Entre otras obras teatrales importantes encontramos “El Zapatero y El Rey" (1840), "El Puñal Del Godo" (1842) y “Traidor, inconfeso y mártir” (1849).


3.3. Estilo.

falta jose.